lunes, 3 de septiembre de 2012

En este blog estoy escribiendo tanto sobre el modo en que la crisis está afectando a los españoles como de la falta de resistencia de la población para defenderse de estos cambios negativos. Considero que esta incapacidad de la gente para impedir los recortes es un problema sobre todo mental, ya que los españoles vivimos en democracia. La clase media española se ha acostumbrado a tener una mentalidad de persona rica sin serlo y, como consecuencia, adopta una actitud pasiva en política, como si sólo importaran los problemas económicos. Esta mentalidad de creerse ricos procede, a mi entender, de que hace décadas que la pobreza ya no es un problema importante en España y también de que, desde finales de los años noventa, la población se acostumbró a consumir muy por encima de su verdadera capacidad adquisitiva. España vivió, en los años anteriores a la crisis, un periodo de pujanza que fue falso para la mayoría de los españoles, pero que contribuyó a hacerles sentir como ricos. En esta época dorada escribí un ensayo, titulado Sociedad, individuo y voluntad, en que ya denunciaba muchas de las insuficiencias democráticas de España y que es el que quiero reproducir a continuación. Está dividido en tres partes, teniendo mayor interés la primera: 


domingo, 2 de septiembre de 2012

También quiero reproducir otro ensayo que escribí hace dos años. En él intentaba explicar las razones por las que la clase media, en vez de estar más unida en plena crisis para mantener su nivel de vida, se mostraba totalmente insolidaria entre sí. Este ensayo, al que denominé La utopía perfecta, trataba de mostrar el irracionalismo en el que vive actualmente el ser humano y que tanto está contribuyendo al recorte de derechos actual a la población.


A continuación voy a reproducir un ensayo que escribí el año pasado, cuyo contenido se basaba en intentar entender la ceguera de las clases medias para aceptar de forma voluntaria un retroceso importante en su nivel de vida. El título del ensayo es El retorno de la historia circular y recibe este nombre porque, frente a la creencia en una historia lineal, en la que las sociedades evolucionan hacia un mayor progreso, los españoles estamos viviendo en una época en que la mayoría de ellos vivirán peor que lo que vivieron sus padres. El ensayo se reproduce a continuación:


sábado, 1 de septiembre de 2012

El retorno de la pobreza en España

La crisis ha puesto al descubierto la endeblez del estado del bienestar en España. La rápida creación de clases medias en nuestro país ha hecho que los españoles consideraran que la pobreza era un fenómeno pasado de moda. Esta consideración ha hecho que los españoles adoptaran una mentalidad individualista basada en la creencia de que, si la persona se esfuerza, tiene una recompensa en forma de aumento de su nivel de vida. Como consecuencia de esta creencia a los españoles nos han dejado de preocupar las luchas colectivas por mejorar los derechos sociales y nos hemos centrado en las luchas personales por mejorar nuestra situación económica. El resultado de esta despreocupación actual por defender los derechos sociales  ha hecho que progresivamente se hayan perdido muchos de ellos, fenómeno acentuado con la llegada de la crisis. Esta pérdida de derechos, unida a la pérdida del trabajo, ha provocado que muchas familias españolas se encuentren al borde de la pobreza, pero no ha provocado que retornen las mentalidades que reivindican mayores conquistas sociales. El discurso individualista sigue vigente porque las mentalidades no cambian de la noche a la mañana y la mayoría de los españoles aún siguen confiando en su capacidad para solucionar sus problemas económicos por sí mismos.
Este blog intenta ser una llamada de atención hacia los españoles para que reflexionen sobre los peligros que tiene la destrucción del estado del bienestar. Cuando éste desaparezca muchas personas quedarán desamparadas y volverá la injusticia a ser un componente más del ordenamiento social. El proceso de destrucción del estado del bienestar está siendo bastante rápido debido al consentimiento de las clases medias, que no son capaces de darse cuenta de la amenaza que se cierne sobre ellas. Si quieren evitarla, rápidamente deben cambiar su modo de pensar y volver a ser más exigentes con sus gobiernos, porque, de otro modo, la pobreza volverá a ser una situación habitual en muchas familias españolas. 
Este blog analizará esta destrucción paulatina del estado del bienestar no desde un punto de vista económico sino únicamente desde un punto de vista psicológico. Los integrantes de las clases medias sueñan con hacerse ricos sin darse cuenta de que es mucho más importante en la vida asegurar no ser pobres. La prosperidad de estas décadas pasadas ha alejado el fantasma de la pobreza de tal modo que parece inconcebible un retorno a ella. Pero la pobreza ha afectado durante muchos siglos a la mayoría de los españoles y éste es un dato que no debería olvidarse. Una sociedad más rica, como es la actual, no garantiza la pervivencia de las clases medias si no se reparte parte de esta riqueza, y la deriva actual hacia la destrucción del estado del bienestar, va a limitar al mínimo este reparto. Como consecuencia, muchas familias españoles pasarán de soñar con ser ricas a vivir en la pobreza, siendo estas familias las que tienen que  cambiar de mentalidad del modo más rápido posible. 
Es difícil renunciar al sueño de ser ricos cuando se vive dentro de sociedades de consumo en las que tantas tentaciones están a la vista. Pero empieza a ser una necesidad para muchos españoles si quieren retornar a un pensamiento racional en que las personas vivan más de garantías reales que de ilusiones. La libertad económica es un gran valor social como creador de riqueza pero la seguridad económica es otro gran valor social como garante del reparto de la riqueza. Los españoles, si quieren vivir dignamente en el futuro, deben renunciar al sueño individual de que todos podemos ser ricos en favor de una mentalidad más colectiva en que los valores solidarios, necesarios para que ningún miembro de la sociedad quede desasistido, vuelvan a cobrar relevancia. 
No tengo mucha confianza en que se pueda evitar la destrucción del estado del bienestar. Me apena que se haga porque, aparte de las consecuencias personales que pueda tener sobre mi persona, va a ser un gran fracaso social. El estado del bienestar significaba que, por primera vez en la historia, había un sistema social bastante justo, en que se limitaban grandemente las diferencias entre ricos y pobres. Su destrucción comporta una nueva brecha entre clases sociales, donde serán muchos más miembros de la clase media los que descenderán a la pobreza que los que ascenderán socialmente. El fin del estado del bienestar es un proceso inevitable si no cambian las mentalidades, porque el estado del bienestar se ha desarrollado en países democráticos, donde la población tiene la potestad de elegir a sus gobiernos. Estos mismos gobiernos son los que están destruyendo el estado del bienestar. Por tanto, lo están haciendo con el consentimiento de sus ciudadanos, que también están siendo responsables de su destrucción. Hoy día la población no puede acusar a gobernantes tiránicos de tomar medidas injustas, sino que es ella misma copartícipe. Es también la primera vez en la historia que la población no sólo no se revela contra los abusos de sus gobernantes sino que los avala. Esta extraña situación es la razón de ser de este blog y de su objetivo de intentar cambiar las mentalidades para acabar con esta locura.